La complicada situación económica que se está atravesando en los últimos años afecta especialmente a algunos sectores en España –sobre todo aquellos que están vinculados, directa o indirectamente, con la construcción- y el de la industria maderera es uno de ellos.
Tal y como se especifica en la Encuesta de Población Activa (EPA), durante el cuarto trimestre de 2012 se produjo un descenso del empleo en este ámbito. Un descenso cercano al 5,8%. Es decir, en este periodo trabajaron en el sector del mueble y la madera un total de 137.200 personas, frente a las 145.600 que lo hicieron durante el tercer trimestre –o sea, 8.400 trabajadores menos, de los que apenas 200 pertenecían a diferentes subsectores como el de la fabricación de puertas, pero 8.200 desarrollaban su actividad en diferentes empresas de diseño y creación de muebles-.
Respecto al número de empresas que actualmente centran su actividad en este sector, destaca que, entre 2008 y 2012 han desaparecido hasta 8.077 empresas, lo que ha provocado una caída del 53,4% en el empleo. No obstante, aún se mantienen abiertas 28.067 empresas que favorecen una cifra de negocio que, anualmente, alcanza los 11.886,5 millones de euros.
Y, frente a estas cifras, los propietarios, tanto de las pequeñas y medianas empresas como de las compañías con mayor volumen de negocio, siguen buscando soluciones. Por una parte solicitan acciones al Gobierno para que haga posible una reforma del sector mediante incentivos fiscales y, por otra, intentan encontrar nuevas fórmulas.
Entre las nuevas técnicas más eficaces, actualmente se encuentra la diversificación del negocio –más sencilla en el caso de empresas que ya trabajan, por ejemplo, otro tipo de materiales o que ofertan productos novedosos, adaptados a las nuevas necesidades de los clientes- o la investigación de las posibilidades que existen en otro tipo de actividades –lo que supone una reinvención completa- o en otros mercados, fuera de las fronteras nacionales.
Foto 1: José Luis Márquez
Foto 2: Grup Orell