Las puertas bandera son todo un clásico. Habituales en las antiguas casas de planta baja de las ciudades, la proliferación de bloques de edificios ha hecho que poco a poco vayan cayendo en el olvido. Sin embargo, su estética y practicidad hacen de ellas una opción muy recomendable tanto para viviendas unifamiliares o de planta baja con acceso directo desde la calle como para terrazas y balcones, e incluso para divisiones internas como un acceso al cuarto de la lavadora desde la cocina.
Su nombre proviene de la silueta que forman la puerta y una ventana adosada a su lado, que recuerda a una bandera extendida con su mástil. El punto fuerte de las puertas bandera es su aprovechamiento al máximo de la luz natural, ya que añaden un vano. Especialmente en las casas urbanas de planta baja, que sufren las consecuencias del abigarramiento de la ciudad, la ventana proporciona luz extra al umbral de la vivienda, una zona que de otra manera queda sumida en la oscuridad o abocada a la iluminación artificial.
Dependiendo de dónde vaya a ir situada, en interior o exterior, la puerta de bandera puede ir total o semi acristalada, intensificando así la entrada de luminosidad a la vivienda. De su ubicación depende también el material, ya que si el conjunto va a instalarse como entrada principal, resulta mucho más estético resaltar el estilo tradicional con una buena madera. En cambio, para accesos internos o terrazas, resulta mucho más práctica la perfilería de aluminio en diferentes colores.